El joven de 20 años alcanza el éxito gracias a la fe, la familia y el esfuerzo. «Sin excusas» es el lema que guía la vida de un deportista que ha traspasado todos los límites que a primera vista le impedían ser un auténtico campeón.
Nació con una amputación congénita en los brazos y en las piernas y, sin embargo, Kyle Maynard, de 20 años, ha conseguido coronarse como uno de los campeones de lucha libre en el estado de Georgia y se ha hecho con el récord mundial en la categoría de halterofilia.
Unos logros que son fruto de un estilo de vida dominado por el esfuerzo pero también son resultado del amor de su familia y de la fe en Jesucristo.
Kyle cuenta con muñones en lugar de manos, por lo que aprender a escribir, comer y vestirse sin ayuda son sólo algunos de los retos a los que se tuvo que enfrentar cuando era sólo un niño. Pero lejos de desanimarle, el joven decidió afrontar estas situaciones con valentía, afirmando que cada uno de nosotros es un ser único y cada uno de nosotros es igualmente valioso a los ojos de Dios. Su pasión fue siempre el deporte.
Su verdadera vocación vino con la lucha libre. Durante su primer año y medio en competición, Kyle no ganó ni un solo combate, pero se mantuvo firme gracias a la oración, la familia y las ganas de hacer frente a los desafíos.
Explica que Dios sólo nos manda los retos que Él sabe que somos capaces de afrontar y si no nos enfrentamos o no a esos retos, dependerá de nosotros.
Actualmente, Kyle se maneja sin prótesis, va a la Universidad en su propio coche adaptado, tiene una pulcra caligrafía y puede mecanografiar más de 50 palabras por minuto, pero, sobre todo, Kyle es una fuente de inspiración para miles de personas. http://www.noticiacristiana.com/news/portada.php
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